ABEL BENTÍN


 Foto: Kami Velvet

"Me despierto y aparecen ideas locas de la nada, como hacer un cisne atrapado en una dona gigante. Son ideas que no me las puedo sacar hasta no materializarlas. Soy muy obsesivo".


Artista plástico. Coleccionista de objetos antiguos. 30 años. Está casado con su novia de toda la vida, la diseñadora Jessica Butrich. Muy metódico y trabajador. Cuando conversamos con él, lo encontramos laborando en su taller.


Abel, ¿cuál ha sido el último cachivache que has comprado?
Una lámpara de escritorio medio futurista, en Buenos Aires. Me salió barata, como setenta soles.

En tu casa tienes cosas con historia: objetos vintage, de segunda mano, viejas. ¿Tienes algo nuevo?
Sí, claro. No soy un freak que solo uso cosas antiguas y que veo programas en un televisor de blanco y negro [ríe]. Tengo un televisor nuevo.   

¿Por qué eres un cachivachero?
No lo sé exactamente. Los cachivaches tienen que ver la simbologia de la cultura. Me apasiona la cultura pop, las piezas muy masivas, objetos chinos en serio, cosas sin sentido. Cuando estaba en el colegio, me escapaba después de clases al Centro de Lima. Me gustaba conocer la historia detrás de las cosas. He pagado a guardianes para meterme a casas ajenas.

¿Con personas adentro?
No, casas abandonadas [ríe]. Me encantaba ver objetos destruidos, viejos y tirados por ahí. No quería llevarme nada, solo quería sentir algo indescriptible.

¿Te consideras un artista convencional?
Soy como un outsider. Hago cosas que no puedo explicar. Me despierto y aparecen ideas locas de la nada, como hacer un cisne atrapado en una dona gigante. Son ideas que no me las puedo sacar hasta no materializarlas. Soy muy obsesivo. Entonces, al día siguiente voy al taller y me pongo a chambear. Estas ideas parten de mis demonios, de mi fascinación por el cartoon antiguo, por la cultura del consumo y lo big size, por lo que me da placer culposo.

¿Revisas obras de artistas contemporaneas para obtener inspiración?
Tengo gustos muy variados.

¿Te gusta, por ejemplo, la obra de Jeff Koons, artista que hace hace esculturas gigantes de globos, ?
Me impresiona estéticamente, pero también me genera un conflicto.

¿Por qué?
Porque siento que solo quiere complacer una demanda. Me gustaría ver un lado loco, puro, honesto, algo que sus primeros trabajos tenían. Hoy, mas bien, es como una máquina de producción. No digo que sea bueno o malo, solo hablo de mis preferencias personales.

Hay artistas que consideran al arte moderno un fraude.
Los artistas conservadores son así. Mi posicion no es totalista. Siempre veo matices en todo.

¿Te has sentido malinterpretado?
Sí. Mi trabajo habla sobre cómo veo el mundo. No tiene que ser tan obvio ni crítico para que sea un trabajo crítico. Vivo en un mundo cada vez más excesivo y creo que mis obras, en algunos aspectos, reflejan eso.

¿Eres disciplinado?
Bastante. En otros aspectos puedo ser como un niño, pero mi trabajo es mi trabajo. Me levanto temprano, tomo desayuno y me pongo a trabajar, todo el día, todos los días. Siempre estoy produciendo.

¿Temes ser encasillado?
No. Es que no me imagino haciendo siempre lo mismo. Entiendo que la gente me reconoce por el tema de la comida o lo dulce, pero mi trabajo diario no tiene que ver solo con eso.

El artista suele ser objeto de muchos prejucios. ¿Hay alguno que te haya molestado?
El término "artista" me genera ansiedad. Preferiría que no me llamen así. Ahora dicen que ser artista es cargar con una responsabilidad social. Así que para librarme de todo esto prefiero que me llamen "creativo".